Homilía del domingo, 25 de mayo de 2025.
La Iglesia católica no hubiera perdurado muchos años sin la presencia y la acción del Espíritu Santo. Con las violentas persecuciones que han sufrido los cristianos desde los tiempos apostólicos hasta el día de hoy y con la fuerte oposición que ha soportado la Iglesia tanto desde fuera, como desde dentro por algunos miembros corruptos, imposible que hubiera subsistido hasta el día de hoy sin la guía y la protección del Espíritu Santo.