1 – Comenzar con la siguiente oración.
Dios mío y Padre mío,
gracias por las maravillas
que me rodean,
gracias por la felicidad
de las personas que amo,
gracias por todo
lo que nos has dado
y por todo lo que nos vas a dar
en tu Reino eterno.
Jesús, Dios mío y Señor mío,
que siga tus huellas
de luz y de amor
y pase por la vida
haciendo el bien.
Ven Espíritu Santo,
sana mi corazón de todo pecado,
cura las heridas de mi alma
y transfórmame
en una fuente de Vida
para los demás.
Podemos dedicar unos momentos a hablar con Dios Padre…
2 – Orar con los Salmos

SALMO 118
¡Cuánto amo tu voluntad!:
todo el día la estoy meditando;
aparto mi pie de toda senda mala, para guardar tu palabra;
no me aparto de tus mandamientos,
porque tú me has instruido.
¡Qué dulce al paladar tu promesa:
más que miel en la boca!
Que llegue mi clamor
a tu presencia, Señor.
Con tus palabras dame inteligencia.
Ansío tu salvación, Señor;
tu voluntad es mi delicia.
Que mi alma viva para alabarte,
que tus mandamientos me auxilien.
AMÉN.
3 – Meditar un pasaje de la Sagrada Escritura.

Leer, durante unos minutos, la Sagrada Escritura y meditar lo que hemos leído. No se trata de leer mucho, sino de meditar y orar a partir del texto.
Nos podríamos hacer alguna de estas preguntas:
a) ¿Qué me llama más la atención de este texto?…
b) Si se lee un fragmento del Evangelio, observar a Jesús, qué hace y cómo lo hace, que dice, su actitud hacia los demás…
c) ¿Cuál es la principal enseñanza de este texto?…
d) ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?…
e) ¿Cómo lo puedo vivir mejor?…
…
Podemos dedicar unos momentos a hablar con Jesús …
4 – Reflexionar sobre un punto de meditación.

Leer un punto de meditación y reflexionar sobre él:
1. Este punto ¿es importante para mi?… ¿Por qué?… ¿En qué me ayuda?…
2. ¿Me puede ayudar a vivir mejor mi fe, a ser mejor persona, a ser más comprensivo, más solidario…?
3. ¿Cómo lo puedo vivir mejor? …
…
Podemos dedicar unos momentos a hablar con Dios Espíritu Santo…
5 – Peticiones personales, Padrenuestro y Oración final

Después de este momento de meditación se puede hacer una oración personal de alabanza o acción de gracias, y pedir por nosotros, por nuestra familia y por el mundo entero.
Podemos acabar con esta oración:
Gracias, Dios mío,
por este rato de oración.
Bendice a mi familia
y a mis seres queridos.
Concédeles salud, fe, amor y alegría.
Que haya paz en nuestro mundo
y podamos vivir con dignidad.
Que a nadie le falte pan o trabajo.
Que colaboremos todos unidos
en el progreso y el bienestar
de toda la Humanidad.
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Dios Uno y Trino,
haznos dignos de heredar tu Reino
y gozar de la felicidad de los santos
en la gran Fiesta del Cielo,
por toda la eternidad.
Amén.