Homilía del domingo 27 de julio de 2025.
La oración es esencial para la vitalidad del alma. Por ella nos acercamos a Dios y recibimos sus bendiciones que nos ayudan en nuestra vida diaria. La oración nos hace mejores, equilibra nuestro interior, dilata nuestro corazón y eleva nuestro espíritu hacia el Espíritu divino. En la oración encontramos la fortaleza antes las dificultades, la luz en los momentos oscuros, la serenidad en todo momento y la puerta hacia la eternidad.